* Toda
satisfacción, o lo que comúnmente se llama felicidad, es, por su naturaleza,
siempre negativa, nunca positiva. No es algo que exista por sí mismo, sino la
satisfacción de un deseo, pues la condición primera de todo goce es desearle,
tener necesidad de alguna cosa. Más con la satisfacción desperece el deseo y
por lo tanto cesa la condición del placer y el placer mismo. De aquí que la
satisfacción o felicidad no pueda ser nunca más que la supresión de un dolor,
de una necesidad.
*
Podemos comparar la sociedad con una hoguera cerca de la cual se calienta la
persona prudente, pero a la debida distancia y sin meter las manos en ella,
como hace el necio. Éste, tras haberse quemado, huye al frío de la soledad y se
lamenta de que el fuego queme.
* La
conmiseración con los animales está íntimamente ligada con la bondad de
carácter, de tal suerte que se puede afirmar seguro que quien es cruel con los
animales, no puede ser buena persona. Una compasión por todos los seres vivos
es la prueba más firme y segura de la conducta moral.
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